¿Puede una empresa tradicional transformarse en una organización ágil?

Independientemente del contexto en el que nos encontramos, cada vez es más frecuente que aparezca el concepto agilidad cuando nos referimos a un proyecto de transformación digital. Desde el inicio de la pandemia, cada vez más empresas abanderan la transformación digital como un elemento que nos ayudará a solucionar algunos de los problemas derivados de ésta, enarbolando eslóganes como “La pandemia ha hecho que aceleremos la transformación digital”, “Nos hemos adaptado rápidamente a la tecnología” o “Somos más ágiles y flexibles”.  

Pero volviendo a la pregunta que encabeza el artículo ¿puede una empresa tradicional transformarse tan rápido en una organización ágil que lleve a cabo proyectos de transformación digital exitosos? 

Antes de responder a la cuestión anterior, os propongo compartir la visión sobre los diferentes tipos de organización y sus características, de la mano de Frederic Laloux y su libro “Reinventar las organizaciones”. Expone cómo las organizaciones han ido evolucionando a lo largo de la historia relacionándolas con las condiciones socioeconómicas y culturales de cada momento, así como su propia percepción de cual será del próximo estadio de las organizaciones. 

Jugando con los colores, Laloux nos hace viajar en el tiempo comparando diferentes paradigmas que en cada momento han dado pie a un tipo de organización adecuada a la época y al instante histórico. Empieza relacionando el rojo a organizaciones “tipo mafias”, basadas en el miedo con visión a corto plazo, el color ámbar a las organizaciones que en el pasado consiguieron avances como los mercados internacionales, el transporte marítimo, las fuerzas armadas y las instituciones religiosas. Asigna el naranja a las multinacionales que conocemos hoy en día, empresas optimizadas que funcionan como “máquinas”, finalizando con el verde donde ubica a las ONGs y todas aquellas empresas que se focalizan en la confianza con los empleados, el empoderamiento y la cultura por valor. Termina su exposición hablando de las organizaciones TEAL, que no es más que su visión de cómo en el futuro las organizaciones deberán funcionar. 

En su discurso, Laloux argumenta que no hay tipos de organizaciones buenas o malas, hay organizaciones que se adecúan mejor o peor al paradigma social y cultural en que vivimos en un momento concreto de la historia. 

Por lo tanto, ¿En qué momento estamos ahora? ¿Cuál es la cultura que impera hoy en día en el ser humano? Y lo que más nos afecta en este artículo, ¿Qué tipo de organización es más adecuada en el momento actual donde vivimos en un cambio constante, la velocidad en cuanto a avances tecnológicos incrementales, la transformación digital, y lo más importante, nosotros como personas, cómo queremos aportar valor en nuestras organizaciones, que se generen foros para que se oigan nuestras ideas, que nuestra organización “ruede” en base a la aportación de valor de cada una de las personas que formamos parte, en resumen, que prevalezca la cultura por valor.  

Podemos compartir, discutir, aportar, o utilizar cualquier adjetivo que se nos ocurra para definir las características de la organización que se adecúa al momento actual, sin embargo, existe un adjetivo que indiscutiblemente califica a una organización que cumpla con las expectativas del momento actual y ese adjetivo es ágil, una organización ágil.   

¿Qué significa ser una organización ágil?  Sin pretender dar un orden concreto, una organización ágil debe fomentar la Autoorganización de sus empleados y sus equipos, promover el Empoderamiento con ejemplos y acciones, aportar Valor a Corto Plazo de forma iterativa, crear Confianza entre sus miembros, todo ello potenciando y practicando el Liderazgo ágil. 

Llegados a este punto, si la mayor parte de las grandes empresas actuales trabajan en base al paradigma naranja (el color asociado a las multinacionales actuales), ¿Cómo hacemos para promover esta transformación ágil? Debemos empezar por la dirección de las organizaciones: los C-LEVELs deben estar concienciados, no deben dudar que potenciando la creatividad de sus empleados sumaran mucho más que lo que suman actualmente. Empezar por un área concreta, con un proyecto concreto, aplicando técnicas ágiles, apoyándose en frameworks ágiles que permitan de una forma metódica ir avanzando hasta el siguiente nivel, prácticas que permitan escalar la agilidad en las organizaciones, equivocándose y volviendo a intentarlo, acompañarse de empresas especializadas y sobre todo, potenciando y formando a los empleados (a todos) en el liderazgo ágil.  

Un largo viaje de algunos años, con logros a corto plazo, involucrando al resto de personas y áreas de la organización para ir avanzando hacia una nueva cultura organizacional basada en la agilidad. 

Volviendo a la situación COVID que estamos viviendo, ha sido evidente que el sector sanitario se ha visto desbordado, tanto los hospitales como las empresas farmacéuticas han tenido un papel primordial en esta crisis. Sin el apoyo e involucración de los sanitarios para paliar los efectos de la pandemia y sin el esfuerzo de los investigadores de las farmacéuticas para el desarrollo de nuevas vacunas, no habríamos llegado a la situación de control en la que estamos ahora, en la que aún sin haber vencido al virus, estamos en fase de control.  

Llegados a este punto, ¿son los hospitales y las farmacéuticas empresas ágiles? Seguro que la avalancha de síes y noes que recibiríamos finalmente equilibrarían la balanza.  Mi opinión, una más a poner en la balanza imaginaria, es que no son organizaciones ágiles.  Aunque no se puede negar es que ha actuado de forma efectiva y rápida, ser ágil es mucho más que adecuación y rapidez de actuación. 

 Teniendo en cuenta todo lo compartido hasta ahora, llega el momento de retomar la cuestión inicial: ¿una empresa con una organización tradicional puede transformarse en una empresa ágil que lleve a cabo proyectos de transformación digital exitosos? Indudablemente, desde FeedBackGround pensamos que no solo es posible, sino que es necesario. tú, yo, y el resto de las personas que formamos parte de una organización lo exigimos, porque lo vemos necesario para poder seguir creciendo como personas y como organización en todos los aspectos.  

Quizás ahora es el momento de abordar este tipo de cambio cultural. Pasar de organizaciones tradicionales a organizaciones ágiles no implica un cambio organizativo radical, sino un cambio radical en la forma de relacionarnos con el conjunto de personas que forman parte de la empresa. Es un cambio orientado por y para las personas y en FeedBackGround sabemos hacerlo, lo hemos hecho y lo estamos haciendo. 

 

¿Empezamos? 

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